Bruselas esperará hasta fin de mes antes de atacar a Johson

La Unión Europea no se ha dado por enterada de la victoria de Boris Johnson en la primera votación en el Parlamento Británico. Hoy se espera con interés el discurso solemne de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ante los diputados, en el que sin duda va a reiterar la posición europea que hace incompatible un acuerdo comercial con el Reino Unido si el primer ministro británico se complace en incumplir el acuerdo de separación que él mismo había formado. Los portavoces de la Comisión se remiten todavía a las palabras del vicepresidente Maros Sefkovic el lunes pasado, en las que consideraba incompatibles con cualquier acuerdo las previsiones de la ley de mercado interior que fue aprobada anteanoche en Westminster.

Los medios británicos insisten en tesis poco sensatas según las cuales Bruselas habría advertido ya a los ganaderos, agricultores y empresas de la agroindustria Británicas de que podría verse obligada a prohibir todas las exportaciones de animales vivos y productos de origen animal como queso, carne de res, huevos, pollo y cordero a partir del 1 de enero, si no hay un acuerdo comercial previo. Es más, los británicos hablan claramente de que Bruselas podría desencadenar una guerra comercial contra Gran Bretaña si no da marcha atrás en la controvertida Ley del Mercado Interior que viola los acuerdos sobre Irlanda del Norte.

Expectación ante el discurso

En este ambiente, el discurso de hoy de Von der Leyen adquiere una importancia especial, porque la presidenta está obligada a dejar clara cuál será la consecuencia de que Johnson decida mantenerse en sus trece y no retire la controvertida ley antes del final de septiembre como se le ha pedido desde la UE. La UE insiste en que lo que quiere demostrar es que si Londres no retira la legislación concreta, sería equivalente a romper las negociaciones sobre las relaciones futras. Es decir, para la UE sería imposible seguir confiando en un socio que incumple sus compromisos, pero no permitirían que su actitud haga aparecer a la parte europea como responsable de una más que probable ruptura.

En todo caso, desde Dublín, el lugar más afectado por cualquier resultado, se cree ya que lo más prudente en estos momentos sería dar por hecho que el Reino Unido saldrá de la UE a finales de año sin un acuerdo y que Irlanda sufrirá un impacto económico significativo. El gobernador del Banco Central irlandés, Gabriel Makhlouf, ha reconocido públicamente que sus previsiones dan por hecho esa ruptura sin acuerdo y que por ello «sería prudente planificar las cosas sobre la base de que no habrá un acuerdo y que habrá un impacto de entre el 1 y el 2 por ciento del PIB irlandés».

El nudo del debate está en el llamado «protocolo irlandés» que se pactó en el acuerdo de retirada y que presupone que la provincia británica de Irlanda del Norte seguirá bajo un «alineamiento regulatorio» con Europa, para evitar que hubiera que erigir una frontera física en la isla. Eso presupone que habría controles en las mercancías que se trasladen desde Gran Bretaña a esta provincia, lo que según Johnson compromete la unidad territorial del país.

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Fuente: ABC