La extrema derecha alemana pide una renta mínima vital de 500 euros

«La pandemia no puede anular la política», ha justificado el diputado de AfD y copresidente del partido Tino Chrupalla la celebración de este congreso, una reunión en plena pandemia de 600 delegados en Kalkar, un pueblo de 14.000 habitantes en el distrito de Cléveris, Renania del Norte-Westfalia, que ha atraído además a otros tantos manifestantes a las puertas del congreso. «Aquí dentro respetamos todas las normas contra la pandemia, tanto mascarillas y distancia como desinfección e higiene, lo que no puede decirse de la manifestación ahí fuera», presume Chrupalla, que defiende la celebración del congreso por el momento crítico que vive el país. «Se están tomando muchas decisiones, los procedimientos son inéditos, y el partido ha de centrar el mensaje y sincronizar las propuestas. Precisamente por la pandemia hay que seguir haciendo política», insiste. Este partido, cuyo programa es marcadamente antieuropeo y anti extranjeros, se opone a la «política de la bancarrota» que lleva a cabo el gobierno Merkel, para contrarrestar la recesión causada por el coronavirus, y desea erigirse como «defensor de las libertades», frente a las restricciones que tanto el gobierno federal como los Bundesläder imponen en todo el territorio alemán, además de recuper4ar la iniciativa política con una propuesta que está recibiendo críticas de otros particos por su carácter populista: una renta mínima universal de 500 euros.

«Se están destrozando vidas, ya está en marcha una ola de quiebras, muchas personas están perdiendo sus empleos», ha recordado Chrupalla, mostrando la disposición de AfD a capitalizar el descontento social por los efectos de la pandemia. Ha instado a los delegados a observar estrictamente las normas de seguridad y a usar mascarillas para poder celebrar adecuadamente el congreso. También ha instado a atenerse a las consignas del servicio de seguridad del partido para entrar y salir del edificio de manera segura a pesar de los manifestantes.

Los líderes de AfD han ido reiterando las ya sabidas consignas. Alexander Gauland ha acusado al ejecutivo de utilizar «propaganda de guerra» para imponer su «dictadura coronavirus», mientras que Jörg Meuthen, representante de su sector  más moderado, ha llamado a la disciplina de partido y a desmarcarse y diferenciarse de los violentos de las manifestaciones contra las restricciones, así como de cualquier grupo negacionista, «para poder ser tomados en serio y que nuestros argumentos prevalezcan sobre el mosaico de movimientos fácilmente descalificables». 

El principal objetivo del congreso, además de recuperar el control del mensaje, es retomar la iniciativa política. Según un sondeo del Instituto Forsa, AfD solo obtendría el 7% de del voto si hubiera elecciones hoy mismo, su peor resultado desde julio de 2017 y lejos del 15% que tuvo en el momento más álgido de la crisis migratoria. Para revertir esta pérdida de relevancia, el partido añadirá a su programa electoral una renta mínima universal de 500 euros mensuales, un ingreso básico del que serían excluidos en principio los extranjeros y que los alemanes recibirían desde su nacimiento, sin una solicitud ni una prueba de necesidades. «Es concebible que los extranjeros integrados y con derecho de residencia permanente adquieran el derecho a esta renta mínima, si han obtenido ingresos imponibles en Alemania durante al menos diez años y, por lo tanto, pudieron ganarse la vida por sí mismos. Este sería un fuerte incentivo para integrarse en nuestra sociedad», aclara el documento aprobado por la formación.

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Fuente: ABC