Una rueda de prensa le hizo darse cuenta al presidente de que la hora de pasar el testigo había llegado. Lo intentó hasta que no tuvo más opciones, y se dio cuenta de que estaba en un callejón sin salida cuando algunos de sus más estrechos colaboradores le dijeron, en público, que estaba mal asesorado y que sus abogados eran una vergüenza para él y para el país. Donald Trump, siempre pragmático, curtido en mil y una negociaciones empresariales, sabe perfectamente cuándo los costes son mayores que los beneficios, y por eso al anochecer del lunes, 20 días después de las elecciones, permitió a Servicios Generales que pusiera en manos de Joe Biden y los demócratas todos
- Disfruta sin límites de toda la información, opinión y exclusivas de ABC.es. El primer mes, GRATIS.
Lo quiero
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Más información
Fuente: ABC