López Obrador pondrá en libertad a los presos mayores de 75 años

El Gobierno de México presentará, mediante un decreto ley, la liberación de presos en las cárceles que superen los 75 años de edad. Serán reclusos que no hayan cometido un delito grave o, según las palabras del mandatario mexicano, que no conste en su expediente carcelario «delitos de sangre». Además, esta exoneración de responsabilidades llevada a cabo mediante su puesta inmediata en libertad incluye a prisioneros que lleven diez años sin sentencia o a personas que hayan sufrido tortura.

En las cárceles mexicanas hay 12.358 personas esperando una sentencia que verifique que han cometido los delitos por los que se les acusa. «La justicia, como lo establecen los ordenamientos legales, debe ser rápida, expedita, ¿cómo va a estar una persona detenida por más de 10 años sin sentencia? Esto lo tiene que atender el poder judicial, tanto los poderes judiciales en los estados y los tribunales de justicia en los estados», comentó AMLO en la comparecencia en la que anunció la nueva ley.

Mayores con enfermedades crónicas

Otros grupos que se beneficiarán de esta recompensa serán los adultos de más de 65 años que sufran una enfermedad crónica degenerativa a los que se dejará seguir su proceso legal desde la comodidad de sus hogares. La hipertensión y la diabetes entrarán dentro de los padecimientos para saltarse la pena.

Si los presos alegan que han sufrido torturas, se comprobará la veracidad de su confesión mediante el Protocolo de Estambul, un manual para la investigación y documentación eficaz de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.

Olga Sánchez Cordero, ministra de Gobernación, política de confianza de López Obrador -que ya ha anunciado su retirada al finalizar el sexenio del presidente-, fue la encargada de anunciar el decreto que dejará a los reclusos en libertad antes del 15 de septiembre. El subsecretario, Alejandro Encinas, se encargó de asegurar que «cualquier persona que haya sufrido tortura debe ser puesta en libertad de inmediato, y los torturadores castigados» en la nueva política que ha impulsado el Ejecutivo.

Existen 220.114 presos en las cárceles de México de los que un 43% todavía no tiene una sentencia firme a la que acogerse, afectando a unos 94547 reclusos. El sistema penitenciario en el país azteca sufre grandes carencias, como el usual incumplimiento de los protocolos de actuación, tratos con terceros o corrupción de autoridades penitenciarias. Este polémico decreto ley, auspiciado por el presidente de México, desahogará las cárceles mexicanas, conocidas por su sobrepoblación.

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Fuente: ABC