Merkel no apoya a ninguno de los tres candidatos a sucederla

Angela Merkel no vibró anoche, en su último discurso como canciller alemana ante un congreso de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU). Correcta y mirando al futuro, pero con visible desafección, hizo recuento de los innumerables logros de las últimas cuatro legislaturas, durante las que, efectivamente, «el mundo ha cambiado». Subrayó que la CDU seguirá siendo relevante en la dirección de Alemania «mientras siga siendo un gran partido popular de centro dispuesto a asumir responsabilidades, capaz de aunar los intereses del campo y la ciudad, de los jóvenes y los mayores, de la ecología y la economía… con soluciones pragmáticas, no teóricas», y no tuvo ni una sola palabra de reconocimiento para Annegret Kramp Karrenbauer, a la que en su día propició como sucesora al frente del partido y a la que los ojos temblaban escuchando las frías palabras de Merkel.

AKK, que llamó a la unidad, se refirió en su propio discurso de despedida al momento en el que decidió abandonar. «Fue hace casi un año, en febrero de 2020, cuando el episodio de Turingia me hizo entender que no contaba con el suficiente respaldo ni con la suficiente autoridad. Muchos de los que me habíais votado os sentisteis decepcionados y creo que el partido se merecía esa decisión, que no fue fácil pero sí correcta».

Se refería al momento en que la CDU regional de Turingia votó la investidura del candidato liberal junto con los votos de AfD, el partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania, pisando una línea roja que AKK intentó evitar con todos sus recursos. Pero tuvo que ser Merkel la que diese un puñetazo sobre la mesa para obligar a los díscolos de Erfurt a retirar su voto y AKK anunció su dimisión pocos días después.

La canciller, mucho menos emocionada que la que un día fue su favorita, tampoco dedicó espacio en su discurso a los agradecimientos que cabía esperar, después de 16 años en el poder. Fue una intervención relajada y satisfecha, pero indiferente y desapegado de la tropa conservadora y glacial respecto a los tres candidatos a sucederla al frente del partido, ante los que no ha mostrado la menor preferencia ni el menor interés.

Merz, el favorito

Encabeza las encuestas internas Friedrich Merz, el candidato más a la derecha y jaleado por la economía alemana, al que apoya un 37% de las bases. Los candidatos de la estructura del partido, Norbert Röttgen y Armin Laschet, que podrían aunar fuerzas por afinidad, representan la continuidad moderada y cuentan con un 26% y 25% respectivamente.

En el primer congreso virtual de la historia política de Alemania, lo que solían ser los pasillos se trasladaba a redes sociales y chats a los que accedían solamente periodistas consentidos. En alguno de estos aseguró Laschet anoche que, si es votado presidente de la CDU, el primero de sus vicepresidentes será Jens Spahn, ministro de Sanidad y con muy alta popularidad, al que podría lanzar como candidato electoral en marzo. También dijo que antes de terminar la pandemia no entrará en debate sobre rebajas fiscales, neutralizando así las propuestas con las que Merz sumaba apoyos de última hora.

El presidente de las juventudes, Tielman Kuban, anunciaba su voto por Merz «porque le hará bien a la democracia». Una gran autoridad en el partido como es el presidente del Bundestag y exministro en varias carteras de Merkel, Wolgang Schäuble, también anunciaba su apoyo a Merz «porque es el que más voto puede movilizar».

Mientras, cerraba la primera jornada del congreso la intervención desde Bruselas de Ursula von der Leyen, que reflejó la influencia de la CDU en la UE, en las cuantiosas ayudas económicas, «que no solamente serán más que suficientes para todos los ciudadanos y ciudadanas europeos, sino que alcanzarán también a ciudadanos en los Balcanes y hasta en África». «Está a punto de tomar posesión Joe Biden», dijo también, «el momento que tantos de nosotros hemos estado largos y difíciles años esperando». «Apenas superemos la pandemia retomaremos una relación y una agenda conjunta que nos hará más fuertes», perfiló la agenda internacional de la CDU en las próximas legislaturas, «porque lo que los votantes de la CDU quieren es esa cooperación trasatlántica en la protección de la libertad, en los retos de la sociedad digital y en la preservación del clima».

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Fuente: ABC